19 de mayo del 2002: la noche en que San Luis hizo historia
Este 19 de mayo se cumplen 23 años de una de las noches más gloriosas en la historia del fútbol potosino: la final del torneo Verano 2002, cuando el entonces Real San Luis logró una remontada épica ante Tigrillos para proclamarse campeón de la Primera A y dar un paso firme hacia el ascenso.
El camino hacia aquella hazaña no fue sencillo. Bajo la dirección técnica de Juan Antonio “El Cabezón” Luna, el equipo potosino había sorteado con éxito la fase final del torneo eliminando a Atlético Chiapas en Cuartos de Final y a Gallos de Aguascalientes en Semifinales. La ilusión de toda una ciudad se volcaba en el sueño de regresar al máximo circuito.
En la gran final, sin embargo, San Luis tuvo un tropiezo. El 17 de mayo, en el duelo de ida disputado en Saltillo, Tigrillos se impuso 4-1. A pesar del gol de José Enrique García, los potosinos regresaron a casa con una desventaja que parecía definitiva. Pero la historia todavía tenía reservado su capítulo más heroico.
El 19 de mayo, la ciudad se paralizó, abarrotando un Estadio Alfonso Lastras que tuvo un ambiente que rozaba lo mítico, San Luis escribió una de las páginas más emocionantes de su historia. Cuando el partido comenzó, todo el estadio apoyó desde el primer minuto y al 22’, Marcelo de Faria abrió el marcador encendiendo la esperanza.
Más tarde, el ídolo de la afición, Moctezuma Serrato, puso el 2-0 al minuto 55 y Miguel Salcedo igualó el marcador global al 89’. Con el empate 4-4, el partido se fue a tiempo extra.
En el tiempo extra, nadie dejó de apoyar y fue en el minuto 97 cuando llegó el momento eterno: Moctezuma Serrato apareció de nuevo para marcar el gol de oro que le dio la vuelta a la serie y desató el festejo inolvidable. Un 5-4 global que selló una remontada histórica y colocó al club en la antesala de Primera División.
Días después, San Luis culminaría el sueño con una victoria sobre Veracruz en la final por el ascenso. Pero todo comenzó con ese 19 de mayo. Con un equipo y afición que creyó cuando todo parecía perdido.